Eran cazadores recolectores que iban por el territorio recogiendo el pehuén o piñón de las araucarias. De hecho, de este fruto proviene su nombre, el Pehuenche es “el hombre del pehuén”.
Además, los hombres Pehuenches cazaban guanacos, ñandúes y ciervos andinos utilizando boleadoras que confeccionaban con tripas y cuero de animal que rellenaban con piedras. Una de sus principales fuentes de recursos era el trueque de animales y pieles que intercambiaban por alimentos y otros productos. Los animales les proporcionaban también la grasa con la que cubrían sus pieles para protegerlas del frío.
Los Pehuenches fabricaban sus viviendas con ramas y pieles y solían organizarse en bandas que se establecían cerca de ríos y esteros. Cada banda era dirigida por un lonko o cabeza de familia. No hubo grandes contactos entre Pehuenches y españoles durante los primeros años de la conquista, pues se encontraban en un estado de aislamiento relativo. Sin embargo, recibieron algunas influencias, aprendiendo por ejemplo, a manejar el caballo. Más adelante, Pehuenches y españoles establecieron relaciones comerciales cambiando pieles, ponchos y plumas de avestruz por trigo, licor, espuelas y plata.
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